Se detuvo el viento
Contra su ventana
Y hubo un mar de sombras
En las calles anchas
Se cubrió de nubes
Se quedó callada
Sin más voz que un verso
Roto de nostalgia
Atinó a salvarse
Con poesía vana
Dibujó sonetos
De rima forzada
Disfrazó los temas
Enhebró palabras
Como aquél que enhebra
Todas perlas falsas
Mintió las sonrisas
Ocultó las lágrimas
Desterró los sueños
Que ya no soñaba
Dio de baja un nombre
Por pura revancha
Y enterró sus letras
Bajo flores blancas
Se palpó de penas
Se palpó de alas
Se sintió vacía
Sin trigo sin agua
Descubrió mil surcos
En su frente ancha
Y un puñal hincando
La verde mirada
Se sentó despacio
Frente de su casa
Y se vio a sí misma
Como a algún fantasma
Profundo el suspiro
La testuz bien alta
La verdad desnuda
Tajando sus palmas
Y en ese momento
Serena y callada
Con el pecho quieto
Deshecha la espada
Y la mente fría
Y la mar en calma
Supo a cielo abierto
Que ya no lo amaba