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LIBRO DE QUEJAS POÉTICO


- Ahora hazte a un lado, apártate,
que tengo que hablar conmigo.
- Ésa es la dicha más rara
de un buen hablador, hallarse
con quien no le diga nada,
y le oiga cuánto él declare.

Pedro Calderón de la Barca


¡Qué lento transcurre el tiempo!
cuando mis faros no encuentran
señales de que vivís,
o un rastro de que estás cerca…
Es una oruga cansada,
es un buzón sin respuesta,
es un tren bajo la lluvia
desparramando tristeza.

Y de pronto, al ver tu luz
asomarse entre la niebla,
las agujas se alborotan,
los relojes se contentan
y el sol se asoma por casa
y la bendice de fiesta,
devolviéndome los bríos
y compensando mi espera.

¡Pero la fiesta es tan corta!
que termina cuando empieza,
sin importarle el envión
que yo tomé en la carrera.
¡Y me frenás tan de golpe!
que dejo marca en la tierra,
olor a caucho quemado
y bien lisitas las ruedas.

¡Carajo! qué poco dura
la mermelada, si es buena,
y el pan con miel en la boca,
si le mezclaron almendras..

El caso es que mientras yo
firmo una lista de quejas,
mientras reboto en el techo
y hago surco en la vereda,
corto clavos, gasto dientes,
piso justo donde quema,
y voy llenando los baldes
con lagrimitas y penas,

vos invertís la energía
rindiendo culto a la siesta
o picoteando en jardines
sin distinguir flor de hiedra.
Y en esa paz que te embarga,
tu piel no siente mis guerras,
no ven tus ojos mis nubes,
no adivinan mis tormentas,
no advierten mi calentura,
ni suponen mis rabietas;
y de mis cables pelados
tus censores ni se enteran.

Recuerdo que me dijiste
con voz inflexible y cierta,
que ¨nunca me acostumbrara¨
al solaz de tu presencia,
y que no era conveniente
ajustarse a una promesa,
por ¨si ocurriera algún día
que te alejaras sin vuelta…¨

Así, que haciéndote caso
¡por tan noble sugerencia!
y en virtud de que a luz vista,
muchas opciones no deja,
procedo a notificarte
que a partir de este poema
voy a tratar - Dios me ayude... -
de acostumbrarme a tu ausencia.

(Cuando no quedan recursos
y se agotó la paciencia,
¿existirá otro remedio
que una patada bien puesta…?)

¡Carajo! qué poco dura
la mermelada, si es buena,
y el pan con miel en la boca,
si le mezclaron almendras…

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POEMA REDUNDANTE

¨Es mejor ser rey de tu silencio, que esclavo de tus palabras¨ William Shakespeare Mule City,  25 de junio de 1612 ______________________  I ¿Qué más debiera decir que ya no te hubiera dicho? ¿Qué más podría escribir que todo lo que te he escrito…? ¿...? Va casi un lustro, y es claro que no se ha inventado el río capaz de apagar el fuego, cuando ese fuego es divino. Que no hay tormenta ni obstáculo, pantano, muralla, sismo que logre desenraizar la fibra de este amor mío. Un árbol que mal nació intrincado y retorcido, no siempre amaina su fuerza por haber errado el tino; al contrario, más se prende, multiplicando los bríos y extendiendo sus raíces a niveles infinitos. II ¿Qué más debiera decir que ya no te hubiera dicho? ¿Qué podría sorprenderte…? ¡Con todo lo que te he escrito! ¿...? No he escatimado recursos, imágenes, cartas,  libros, sitios web, redes sociales, para mostrarte con signos, mi franca moción de entrega, mi volcán de desatinos, mi corazón en bandeja, mi vendaval

UNA EXCEPCIÓN

  Yo que a nadie denuncio. Yo que no rezo. Que no pongo las manos en el fuego. . Yo que en nada milito. Yo que no apuesto ni vida ni tesoros a ningún credo. . Yo que marcho en contrario a los supuestos. Yo que hago apología del desacierto. . Que en la lid de los héroes no aspiro a un puesto. Que si veo Molinos no los enfrento. . Que en las tierras del justo no hago cimientos. Y que olvido las líneas del padrenuestro. . Yo que escondo la mano. Y no doy el ejemplo. Y no impugno ni afirmo. Y no corro, ¡vuelo! . Que abandono en mitad de la guerra a mi ejército. Y que niego tres veces, como Pedro. . Que trafico emociones a sobreprecio. Que jamás me pronuncio ni me juego. . Que no tengo bandera. Ni conciencia. Ni méritos. Pongo el dedo en los clavos y no creo. . ¿ Y si juro que sumo ? ¡ Resto ! . ¿ Y si digo que voy ? ¡ Vengo ! . . Yo, vacía de gracia. Yo que no intento modificar el mundo, ni protegerlo, . . hubiera dado todo 《lo que no tengo》 por oír(te) decir(me) Te quiero. . . . . . . . .