Ella quebró tu confianza.
Yo no logré que él me quiera.
Si me das media quimera
yo te doy media esperanza...
medias lunas, medias tintas,
erráticas decisiones,
y un reino de corazones
con sus legiones extintas.
Un codo que borre todo
lo que escribí con la mano,
y un afluente sobrehumano
para lavar tanto lodo,
con el que a pérfida ultranza
ella quebró tu confianza.
Te daría lo que queda…
que no es mucho, pero es todo
lo que salvé a grosso modo
de mi caída en la greda:
algunas lágrimas francas,
dos o tres suspiros rotos,
mis continuos terremotos,
un mar de páginas blancas
y un cartel que repitiera:
¨Yo no logré que él me quiera¨.
Y también te entregaría
sin fin de lucro, creeme…
una chispa que nos queme
la nieve y la lejanía.
No es mal trato, considero,
nada se pierde intentando
unir dos extremos cuando
fue tan duro el derrotero.
No creo te arrepintiera/s
si me das media quimera.
Acoplemos (si es factible)
tu desazón y mi errata,
porque el dolor que no mata
nos convierte en invencible/s.
Cubrime de azules hoy
con esos ojos de cielo
¡y levantate del suelo!
¡y ayudame a ver quién soy!
Y aunque no sé si te alcanza…
yo te doy media esperanza.
Yo no logré que él me quiera.
Si me das media quimera
yo te doy media esperanza...
medias lunas, medias tintas,
erráticas decisiones,
y un reino de corazones
con sus legiones extintas.
Un codo que borre todo
lo que escribí con la mano,
y un afluente sobrehumano
para lavar tanto lodo,
con el que a pérfida ultranza
ella quebró tu confianza.
Te daría lo que queda…
que no es mucho, pero es todo
lo que salvé a grosso modo
de mi caída en la greda:
algunas lágrimas francas,
dos o tres suspiros rotos,
mis continuos terremotos,
un mar de páginas blancas
y un cartel que repitiera:
¨Yo no logré que él me quiera¨.
Y también te entregaría
sin fin de lucro, creeme…
una chispa que nos queme
la nieve y la lejanía.
No es mal trato, considero,
nada se pierde intentando
unir dos extremos cuando
fue tan duro el derrotero.
No creo te arrepintiera/s
si me das media quimera.
Acoplemos (si es factible)
tu desazón y mi errata,
porque el dolor que no mata
nos convierte en invencible/s.
Cubrime de azules hoy
con esos ojos de cielo
¡y levantate del suelo!
¡y ayudame a ver quién soy!
Y aunque no sé si te alcanza…
yo te doy media esperanza.