(soneto inglés)
Debió emerger de la montaña oscura,
ya congelado, ya débil, ya ignoto.
Debió mezclar a su atributo roto
el hierro azul de múltiple espesura.
Debió moldearse con esa congoja
que sin piedad provoca siempre el fuego.
Fundió sus hebras bajo un triste ruego
para vivir. (Qué inmensa paradoja…)
Al frío aleve le siguió la fragua,
y a ese volcán, el golpe de un herrero.
Recién entonces se intuyó de acero
y resistente al viento, al sol y al agua.
(Casi a merced de análoga presión,
se vuelve fuerte un pobre corazón…)
Debió emerger de la montaña oscura,
ya congelado, ya débil, ya ignoto.
Debió mezclar a su atributo roto
el hierro azul de múltiple espesura.
Debió moldearse con esa congoja
que sin piedad provoca siempre el fuego.
Fundió sus hebras bajo un triste ruego
para vivir. (Qué inmensa paradoja…)
Al frío aleve le siguió la fragua,
y a ese volcán, el golpe de un herrero.
Recién entonces se intuyó de acero
y resistente al viento, al sol y al agua.
(Casi a merced de análoga presión,
se vuelve fuerte un pobre corazón…)