Habiendo tantos males en el mundo,
viniste a sumárteles, Cupido,
herrumbrada saeta, hierro inmundo,
hiriendo corazones sin sentido.
Mil veces.
¡Mil un veces!
Te maldigo.
Una poetisa NN
_________________________________
NeverLand, 14 de febrero de 2012
A una Poetisa NN:
________________
Intímole en el plazo perentorio de 48 horas a partir de la recepción de la presente a retractarse en forma expresa y pública, de los agraviantes términos con los que he sido calumniado e injuriado en los textos suscriptos por Usted, SO PENA de ...
SO PENA de...
¿?
Naaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...
nada.
Ya demasiado se le complicó, y no me quiero ensañar...
A una Poetisa NN:
________________
Intímole en el plazo perentorio de 48 horas a partir de la recepción de la presente a retractarse en forma expresa y pública, de los agraviantes términos con los que he sido calumniado e injuriado en los textos suscriptos por Usted, SO PENA de ...
SO PENA de...
¿?
Naaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...
nada.
Ya demasiado se le complicó, y no me quiero ensañar...
ATTE
J. R. CUPIDO
_______________________________
Fragmento de la Carta Documento que le cursara
Juan R. Cupido a una Poetisa NN
¡Te debe sobrar coraje!
para largarte tan fresca,
a suscribir por la web
semejante mar de quejas.
Y no te debe faltar
una pizca de soberbia
para inundar de reproches
estas virtuales arenas.
¡Qué mal usaste mi nombre!
sin que te tiemblen las piernas,
y me acusaste en tus versos
de la peores afrentas.
Ergo, te vengo a informar
que ante tamaña imprudencia,
no me dejaste otra opción
que entablar esta querella.
Remitámosnos, entonces,
para tal fin, a la siesta
de aquel lejano febrero
que aparecí en tu vereda.
¿Vos pensás que disfruté
al perseguirte sin tregua,
a sol y a sombra y a riesgo
de no cumplir con mi meta?
Volé (sin exagerar…)
detrás de tus pasos ¡décadas!
y te alcancé porque fuiste
rezagando a los cuarenta.
En general es la edad
en que todas las cancheras,
frenan el tranco en la curva,
y las ensarto en la recta…
No me gustan las estatuas
que se jactan de dureza
y se creen que su arcilla,
es mármol de pura cepa.
Por éso, yo te apunté
(con cuidado) a la cabeza,
temiendo que al corazón,
me rebotara la flecha.
(Los disparos de esta laya
actúan con más firmeza,
porque evitan que el cerebro
le gane al amor la guerra.)
¡Pero no soy tan maldito
como dicen tus poemas!
porque después de embocarte,
me fui derecho a su puerta.
(Yo sabía que era ÉL
mi otra víctima perfecta,
que tenía que tirarle
sin errar… la otra flecha…)
Lo esperé infinitos días
con sus noches somnolientas,
es raro… vive mirando
la luna y no se amedrenta.
Nunca salió de su casa.
Nunca asomó la cabeza.
Y en el pecho lleva siempre
una armadura de piedra.
Perdí tiempo- entre otras cosas-
¡ se me rompían las flechas !
en un mes, cambié de arco,
más que Nadal de raqueta.
Jamás me había enfrentado
a ese nivel de dureza,
(ese tipo desanima
a diez legiones enteras )
En fin, volviendo a lo nuestro…
Pichoncita de Poeta,
¿te parece que merezco
tan poca delicadeza?
Después de todo, por mí,
reíste por vez primera
(aunque sea unos instantes)
¿quién tiene alegría eterna?
Fui el único responsable
de tu ilusión más sincera,
de tu placer más sublime…
y DEL TOTAL de tus letras.
No habrías largado NUNCA
un suspiro en primavera,
si no te hubieras topado
conmigo la tarde aquélla.
Así que empezá a escribir
en contra de otras estrellas,
porque lo poco que sos,
se lo debés a mi flecha.
Y por cierto, ¡ni sabrías!
qué Santo rige esta fecha,
ni qué sabor tiene un beso,
¡ni a quién firmar tus poemas!
Y serías ¡sólo barro!
sobre una laguna seca,
contaminada de años
y manchada de tristeza.
Así que empezá a escribir
en contra de otras estrellas...
J.R. CUPIDO
NeverLand
14 de febrero de 2012