Amor es como un chiquito…
no tiene miedo a la noche,
a la tormenta o al grito;
no admite medio reproche
sin esconderse o llorar,
y si te ve descuidar
un segundo la estacada,
se manda alguna trastada
dignísima de filmar.
Amor se disfraza a veces
con volcanes en los brazos
y te mete en embarazos,
que sin pasar nueve meses
ameritan un infarto,
o te adelantan el parto
con contracciones y todo,
sin el gesto de avisar,
pidiendo (para empezar)
la mano, el alma y el codo…
Amor es tortura insana
con veneno en el engaste,
y si ya te enamoraste
aunque no seas campana…
SONASTE.
no tiene miedo a la noche,
a la tormenta o al grito;
no admite medio reproche
sin esconderse o llorar,
y si te ve descuidar
un segundo la estacada,
se manda alguna trastada
dignísima de filmar.
Amor se disfraza a veces
con volcanes en los brazos
y te mete en embarazos,
que sin pasar nueve meses
ameritan un infarto,
o te adelantan el parto
con contracciones y todo,
sin el gesto de avisar,
pidiendo (para empezar)
la mano, el alma y el codo…
Amor es tortura insana
con veneno en el engaste,
y si ya te enamoraste
aunque no seas campana…
SONASTE.