Acaso la vida
nos repare el daño,
y en alguna esquina
nos cure el espanto,
nos preste una rampa,
nos quite los clavos,
nos pague en sonrisas
lo invertido en llanto.
Acaso la vida
me empuje a tus brazos
con un gesto breve,
como un sueño mágico,
como un desafío,
un flash, un relámpago,
(lo sublime suele
limitar su espacio)
Acaso la vida,
me guarde un regalo,
franco y silencioso,
eterno y cifrado.
Un papel sin mancha,
escrito y firmado
por tu puño y letra,
valioso y preclaro.
Acaso la vida…
que niega el atajo,
que es especialista
en dar golpes bajos,
todavía pueda
obrar un milagro.
¡Bien vale la pena!
caminar descalzos,
rompernos los pies,
herirnos las manos,
desafiar la cuesta
y llegar más alto,
porque el cielo tiene
la altura y el ancho
que nuestro coraje
le haya designado.
Y después de todo…
no existe un quebranto
que viva y perviva,
sin ser compensado.
Sólo en tus orillas
me fue revelado
que ningún camino
se recorre en vano.
nos repare el daño,
y en alguna esquina
nos cure el espanto,
nos preste una rampa,
nos quite los clavos,
nos pague en sonrisas
lo invertido en llanto.
Acaso la vida
me empuje a tus brazos
con un gesto breve,
como un sueño mágico,
como un desafío,
un flash, un relámpago,
(lo sublime suele
limitar su espacio)
Acaso la vida,
me guarde un regalo,
franco y silencioso,
eterno y cifrado.
Un papel sin mancha,
escrito y firmado
por tu puño y letra,
valioso y preclaro.
Acaso la vida…
que niega el atajo,
que es especialista
en dar golpes bajos,
todavía pueda
obrar un milagro.
¡Bien vale la pena!
caminar descalzos,
rompernos los pies,
herirnos las manos,
desafiar la cuesta
y llegar más alto,
porque el cielo tiene
la altura y el ancho
que nuestro coraje
le haya designado.
Y después de todo…
no existe un quebranto
que viva y perviva,
sin ser compensado.
Sólo en tus orillas
me fue revelado
que ningún camino
se recorre en vano.